A manera de introducción se mencionarán las fuentes de
información utilizadas para la escritura de la presente crónica, en favor de la
claridad y para que el lector interesado en profundizar el tema pueda referirse
a ellas:
Tenemos en primer lugar el Nova Sanguis,
libro del vampiro americano Francisco de Sarco, escrito en latín y traducido al
español por Ferris Dumont, erudito sobre el vampirismo mundial. El Nova Sanguis narra la llegada de la
peste al Nuevo Mundo, su apogeo en México y su caída en desgracia durante el
Porfiriato.
Las Crónicas de Paolo de Gillés: Primer
cazador de vampiros en América, escritas por él mismo y compiladas por el
Vaticano, han sido de gran ayuda para cotejar y cruzar fechas y datos
importantes. La correspondencia que forma el grueso de las crónicas es muy
abundante, pues el cazador resultó ser tan metódico que la Santa Sede recibía
hasta tres reportes diarios de la situación en la Nueva España.
También se han tomado muchos datos y referencias del Daemos etch Noche Infinitum, considerado como el Martillo de las
Brujas del vampirismo, escrito en la Edad Media por autores desconocidos y que
contiene distintas formas para identificar un vampiro, entramparlo y eliminarlo
(de manera permanente). Así mismo, establece cómo debe ser equipado un cazador
de vampiros así como las cualidades que deben caracterizarlo.
De tiempos más recientes, se han tomado como referencia el Manual de la Luz, escrito por los herederos de Gillés y que es una
especie de método-diario que narra la historia de la Cruzada de los No-Muertos,
última gran guerra de vampiros, así como otros acontecimientos importantes
desde el Porfiriato hasta la edad moderna. Se han utilizado sólo las
referencias a México, y algunos eventos necesarios de otros lugares.
Finalmente, el autor ha considerado necesario aventurarse a rellenar algunos
espacios vacíos y huecos informativos a fin de darle más precisión a la reseña,
además de presuponer que el lector posee un conocimiento básico de vampirismo.
* *
*
Comienza la historia con Martín Ramos de Lares, mítico
vampiro español nacido en 1468. Poco se sabe de sus orígenes, pero saltó a la
luz pública en la Batalla de Ceriñola, donde participó bajo el mando directo de
Fernández de Córdoba. Para 1503, año en que sucede dicha batalla, Ramos de Lares
había logrado amasar una consistente fortuna y contaba con un pequeño grupo de
vampiros que vivían con él en una hacienda cercana a Cataluña. No sé sabe el
número exacto de vampiros, algunos refieren cerca de veinte, otros hasta cuarenta,
tampoco se sabe si algunos de ellos lo acompañaron a la mítica batalla; lo
cierto es que al finalizar el combate, Ramos de Lares tomó por su cuenta cerca
de quinientos cautivos, mismos que fueron llevados a marchas forzadas hasta su hacienda
donde sirvieron de alimento durante el tiempo que le tomó a Fernández de
Córdoba darse cuenta del robo y recorrer la distancia de Ceriñola a la
propiedad. La casa ya estaba vacía, no estaban ni los vampiros ni los
prisioneros. Un registro minucioso del lugar arrojó datos suficientes para
presuponer la existencia de no-muertos, por lo que la Santa Sede fue notificada y
al momento un grupo de ocho cazadores de vampiros partió hacia la hacienda al
mando de Paolo de Gillés.
Durante las siguientes semanas, el grupo de Gillés logró seguir
el rastro de los vampiros quienes se habían desperdigado por las zonas
cercanas, y aun cuando dieron caza a la mayoría de ellos, Ramos de Lares y
otros 4 vampiros lograron escapar del cerco. El rastro se borró, y Gillés y su
grupo perdieron la pista.
Ramos de Lares vuelve a aparecer en febrero de
1519, en Cuba, de donde parte junto a Hernán Cortés hacia tierras americanas.
Iba acompañado de sus vampiros, pero los nombres de estos nunca fueron
registrados. A su llegada, la tripulación comenzó a sufrir los síntomas de una
presencia vampírica: comenzaron a verse diezmados por la peste, por las
tempestades, la muerte de animales y la desaparición de compañeros. Sin
embargo, Cortés mismo decidió ignorar el hecho, pues consideraba que un vampiro
de su lado los convertía en una mejor fuerza militar. Así las cosas, es hasta
la toma de Potonchan donde los españoles toman conocimiento directo de que
Ramos de Lares es un vampiro, para ser exacto un Nosferatu.