La forma de
acercarse a la música ha cambiado. Internet se ha convertido en la plataforma
gratuita por excelencia a través de la cual todos los artistas del mundo buscan
ser reconocidos y escuchados. La cantidad de música a la que se puede acceder a
través de internet es apabullante, y termina siendo una paradoja: son tantas
las opciones que es como si no las hubiera. Me explico un poco: no importando
el género que sea, ¿cómo se encuentra la música que vale la pena en un mundo
saturado de música?
Antes, los
medios como las revistas, la radio y la televisión llevaban la batuta a la hora
de promocionar músicos, pero también se podía conocer música a través de las
recomendaciones de amigos y conocidos con gustos afines. Hoy, los medios
tradicionales persisten y se han sumado otra gran variedad como los fanzines,
los sitos wobs, los blogs, los blogs, los canales de youtube, myspace, facebook
y un sinfín de formas más. De repente vuelve a haber tantas opciones que
difícil decidirse. La especialización de los sitios raya, en ocasiones, lo
excesivo y encontrar un medio equilibrado se vuelve tarea titánica.
El problema
está relacionado también con la forma en que la música se vende y se
distribuye. Antes, en la época en que los discos eran todo un concepto, los grupos
se veían formados a ofrecer una unidad que valiera la pena, o al menos llegaba
a existir una especie de código de honor que impulsaba a los artistas a
componer obras de arte redondas y completas con mayor frecuencia que hoy. El motivo es el
auge de los sencillos y los nuevos sistemas de adquisición, legales o ilegales,
que se basan, sobretodo, en una única canción. De esta forma, los artistas sólo
necesitan una única canción, mala o buena, para empezar a venderse.
Los grupos
nuevos ya no tienen frente a sí la tarea de crear 12 o 13 canciones con la
calidad suficiente para competir con otros, ahora una sola canción es
suficiente y, además, no importa siquiera si es buena o mala, internet es tan
basto que da cabida a todo tipo de escuchas, y a todo tipo de negocios. La mala
música siempre ha sido un negociazo para quienes la crean y quienes la
producen, y la apertura de la música a través de internet puede no ser tan mala
para los interesados después de todo.
Internet
resolvió muchos problemas para quienes buscan su lugar en la música, pero
también propició y empeoró otros. Al final, el problema de la piratería fue un
golpe para las disqueras y para los grupos porque no estaban preparados para la
velocidad a la que internet evolucionó. Si miramos en retrospectiva, el cd tuvo
un tiempo de vida risible y su transición a la música en formato digital fue
precipitada y violenta. Sin embargo, con el paso del tiempo y mirando con calma
el panorama, las posibilidades de seguir explotando el negocio a través de, sobretodo,
mala música siguen siendo muy grandes porque, en el fondo, el panorama no
cambió nunca. Una vez más, la única forma de trascender es a través del
trabajo, la dedicación, el profesionalismo, la disciplina, la creatividad y el
talento. Mucho talento.
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